Hacer las cosas con calidad no es solo la meta de una empresa o de una fábrica en particular. Debe ser aquello en lo que inviertes tu esfuerzo, talento y habilidades. Las cosas cambian cuando nosotros cambiamos: Cambiamos la motivación, cambiamos la actitud. Los resultados serán evidentes y otros se beneficiarán de ello, pero lo más grato, es que recogerás de tu esfuerzo y te traerá paz y sentimientos de satisfacción lo cual te llevará a repetirlo. De inteligentes es buscar cada día hacer las cosas mejor y no quedarse en la rutina. La rutina consume los anhelos más preciados, las relaciones más importantes. No veas sucumbir tu hogar por la rutina, busca siempre renovar aquellas cosas que se quedaron estáticas con el tiempo o la desilusión. En ello funciona también la calidad, pues ella será el resultado de tu esfuerzo.
Josué 1:9: … ¡Sé fuerte y valiente! ¡No tengas miedo ni te desanimes! Porque el Señor tu Dios te acompañará dondequiera que vayas.
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